Cuando el resultado de una
negociación es el cierre de una planta impresora en la que trabajan más de cien
personas, queda claro que no se trató de una negociación sino de una estrategia
de dilación para desgastar y diluir el conflicto en los calores del verano.
Existen muchas explicaciones posibles, pero ninguna explica que esas familias
queden sin trabajo, no hay cuenta que justifique esos despidos porque no es de
esos números que depende la continuidad de La Nación S.A.
Repudiamos el cierre de la
planta impresora y nos solidarizamos una vez más con nuestros compañeros
gráficos. Reclamamos la reapertura de la misma y de una mesa con verdadera
voluntad negociadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario